Novela: Crimen y castigo

Autor: Fiódor M. Dostoievski

PRIMERA PARTE

CAP VI

Pasado algún tiempo, Raskólnikov tuvo ocasión de averiguar por qué razón concreta el comerciante y su mujer habían invitado a Lizaveta a que fuera a su casa. Se trataba de un asunto de lo más corriente, que no tenía nada de particular. Una familia recién llegada a la ciudad, que había caído en la pobreza, vendía una serie de objetos, vestidos y demás, todos de mujer. Como no era aconsejable hacerlo en el mercado, estaban buscando una vendedora, y Lizaveta se dedicaba a esas cosas: trabajaba a comisión, llevaba sus propios asuntos y tenía mucha práctica, porque era muy honrada y ofrecía siempre el mejor precio, y no se movía de ese precio. Por norma, hablaba poco y, como ya se ha dicho, era sumisa y apocada…

Pero Raskólnikov últimamente se había vuelto supersticioso. Las huellas de la superstición perduraban mucho tiempo en él, y eran prácticamente indelebles. En lo sucesivo, siempre se sentiría inclinado a ver en todo este asunto algo extraño y misterioso, como si se debiera a la presencia de una serie de influjos y coincidencias peculiares. Aquel invierno, un estudiante conocido suyo, Pókorev, antes de marcharse a Járkov, le había dado, mientras charlaban, la dirección de la vieja Aliona Ivánovna, por si, llegado el caso, tenía que empeñar algo. Pasó mucho tiempo antes de que fuera a verla, porque tenía sus clases particulares y podía salir adelante…