Fausto – Johann Wolfgang Von Goethe

Callejón, entre las murallas y las casas de la ciudad

Dentro un nicho, en el muro, una imagen de la Mater Dolorosa, con vasijas de flores delante.

Margarita, pone flores en un tiesto.

¡Oh dolorosa,

tu faz graciosa

vuelve a mi profunda pena!

Traspasado el corazón

y de mil dolores llena,

de tu hijo la muerte miras,

y hacia Dios Padre suspiras

en tanta tribulación.

¿Quién sentir jamás pudiera

la rabia fiera

con que me azota el dolor?

Lo que desoía

mi alma entera;

su deseo, su temor,

saberlos puedes tú sola.

¡Do quiera voy, cuántas penas,

amargas penas devoro,

y estando sola, al momento

lloro, lloro, lloro, lloro,

y mi corazón apenas

resiste a tanto tormento!

Los tiestos de mi ventana,

¡ay! con mis lágrimas mojo,

cuando, al rayar la mañana

para ti, estas flores, cojo.

Cuando a mi camarita entra,

del sol, la fecunda lumbre,

sobre mi lecho me encuentra

sumergida en pesadumbre.

¡Líbrame de infamia y muerte,

Virgen, de dolores, llena!

¡Tu faz, en trance tan fuerte,

graciosa, ay, vuelve a mi pena!