VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CLXVII. Cómo estando en Castilla nuestros procuradores, recusaron al obispo de Burgos, y lo que mas pasó.

Ya he dicho en los capítulos pasados que don Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos e arzobispo de Rosano, que así se nombraba, hacía mucho por las cosas de Diego Velázquez, y era contrario de las de Cortés y a todas las nuestras; y quiso nuestro Señor Jesucristo que en el año de 1521 fue elegido en Roma por sumo pontífice nuestro muy santo padre el papa Adriano de Lobayna, y en aquella sazón estaba en Castilla por gobernador della y residía en la ciudad de Vitoria, y nuestros procuradores fueron a besar sus santos pies; y un gran señor alemán, que era de la cámara de su majestad, que se decía mosiur de Lasoa, le vino a dar el parabién del pontificado por parte del Emperador nuestro señor a su santidad, y el mosiur de Lasoa tenía noticia de los heroicos hechos y grandes hazañas que Cortés y todos nosotros habíamos hecho en la conquista desta Nueva España, y los grandes, muchos, buenos y notables servicios que siempre hacíamos a su majestad, y de la conversión de tantos millares de indios que se convertían a nuestra santa fe; y parece ser aquel caballero alemán suplicó al santo padre Adriano que fuese servido entender muy de hecho en las cosas entre Cortés y el obispo de Burgos, y su santidad lo tomó también muy a pechos; porque, allende de las quejas que nuestros procuradores propusieron ante nuestro santo padre, le habían ido otras muchas personas de calidad a se quejar del mismo Obispo de muchos agravios e sinjusticias que decían que hacía; porque, como su majestad estaba en Flandes y el Obispo era presidente de Indias, todo se lo mandaba, y era malquisto; y según entendimos, nuestros procuradores hallaron calor para le osar recusar.

Por manera que se juntaron en la corte Francisco de Montejo y Diego de Ordás y el licenciado Francisco Núñez, primo de Cortés, y Martín Cortés, padre del mismo Cortés, y con favor de otros caballeros y grandes señores que les favorecieron, y uno dellos, y el que más metió la mano, fue el duque de Béjar; y con estos favores le recusaron con gran osadía y atrevimiento al obispo ya por mí dicho, y las causas que dieron muy bien probadas. Lo primero fue que el Diego Velázquez dio al Obispo un muy buen pueblo en la isla de Cuba, y que con los indios del pueblo le sacaban oro de las minas y se lo enviaba a Castilla…