VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CXI. Cómo Pánfilo de Narváez envío con cinco personas de su armada, a requerir a Gonzalo de Sandoval, que estaba por capitán en la a Villa-Rica, que se diese luego con todos los vecinos, y lo que sobre ello pasó.

Como aquellos tres malos de nuestros soldados por mí nombrados, que se le pasaron al Narváez y le daban aviso de todas las cosas que Cortés y todos nosotros habíamos hecho desde que entramos en la Nueva España, y le avisaron que el capitán Gonzalo de Sandoval estaba ocho o nueve leguas de allí en una villa que estaba poblada, que se decía la villa rica de la Veracruz, o que tenía consigo sesenta vecinos, y todos los más viejos y dolientes, acordó de enviar a la villa a un clérigo que se decía Guevara, que tenía buena expresiva, e a otro hombre de mucha cuenta que se decía Amaya, pariente del Diego Velázquez, y a un escribano que se decía Vergara, y tres testigos, los nombres dellos no me acuerdo; los cuales envió que notificasen a Gonzalo de Sandoval que luego se diesen al Narváez, y para ello dijeron que traían unos traslados de las provisiones, e dicen que ya el Gonzalo de Sandoval sabía de los navíos por nuevas de indios, y de la mucha gente que en ellos venía; y como era muy varón en sus cosas, siempre estaba muy apercebido él, y sus soldados armados; y sospechando que aquella armada era de Diego Velázquez, y que enviaría a aquella villa de sus gentes para se apoderar della, y por estar más desembarazados de los soldados viejos y dolientes, los envió luego a un pueblo de indios que se dice Papalote, e quedó con los sanos; y el Sandoval siempre tenía buenas velas en los caminos de Cempoal, que es por donde habían de venir a la villa; y estaba convocando el Sandoval y atrayendo a sus soldados que si viniese Diego Velázquez o otra persona, que no le diesen la villa; y todos los soldados dicen que le respondieron conforme a su voluntad, y mandó hacer una horca en un cerro.

Pues estando sus espías en los caminos, vienen de presto y le dan noticia que vienen cerca de la, villa donde estaban, seis españoles e indios de Cuba; y el Sandoval aguardó en su casa, que no les salió a recebir, y había mandado que ningún soldado saliese de sus casas ni les hablasen. Y como el clérigo y los demás que traía en su compañía no topaba a ningún vecino español con quien hablar, sino eran indios que hacían la obra de la fortaleza; y como entraron en la villa, fuéronse a la iglesia a hacer oración, y luego se fueron a la casa de Sandoval, que les pareció que era la mayor de la villa; e el clérigo, después del norabuena estéis, que así diz que dijo, y el Sandoval le respondió que en tal hora buena viniese; dicen que el clérigo Guevara (que así se llamaba) comenzó un razonamiento, diciendo que el señor Diego Velázquez, gobernador de Cuba, había gastado muchos dineros en la armada, e que Cortés e todos los demás que había traído en su compañía le habían sido traidores, y que les venía a notificar que luego fuesen a dar la obediencia al señor Pánfilo de Narváez, que venía por capitán general del Diego Velázquez.