VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CXCVI. Cómo entretanto que Cortés estaba en Castilla con título de marqués, vino la real audiencia a Méjico, y en lo que entendió.

Pues estando Cortés en Castilla con título de marqués, en aquel instante llegó la real audiencia a Méjico, según su majestad lo había mandado, como dicho tengo en el capítulo que dello habla, y por presidente Nuño de Guzmán, que solía estar por gobernador en Pánuco, y cuatro licenciados por oidores; los nombres dellos se decían Matienzo, que era natural de Vizcaya o cerca de Navarra, y Delgadillo, de Granada, y un Maldonado,de Salamanca; no es este el licenciado Alonso Maldonado el bueno, que fue gobernador de Guatimala; y vino un licenciado Parada, que solía estar en la isla de Cuba; y ansí como llegaron estos oidores a Méjico, después que les hicieron gran recebimiento en la entrada de la ciudad, en obra de quince o veinte días que habían llegado, se mostraron muy justificados en hacer justicia, y traían los mayores poderes que nunca a la Nueva España después trujeron virreyes ni presidentes, y era para hacer el repartimiento perpetuo, y anteponer a los conquistadores y hacelles muchas mercedes, porque ansí se lo mandó su majestad; y luego hacen saber de su venida a todas las ciudades e villas que en aquella sazón estaban pobladas en la Nueva España, para que envíen procuradores con las memorias y copias de los indios que hay en cada provincia, para hacer el repartimiento perpetuo, y en pocos días se juntaron en Méjico los procuradores de las ciudades e villas y otros conquistadores; y en aquella sazón estaba yo en Méjico por procurador síndico de la villa de Guacacualco, donde en aquel tiempo era vecino; y como vi lo que el presidente y oidores mandaron, fui por la posta a nuestra villa para elegir quiénes habían de venir por procuradores para hacer el repartimiento perpetuo; y cuando llegué hubo muchas contrariedades en elegir los que habían de venir, porque unos vecinos querían que viniesen sus amigos, y otros no lo consentían, y por votos hubimos de salir elegidos el capitán Luis Marín y yo.

Llegados a Méjico, demandamos todos los procuradores de las más villas y ciudades que se habían juntado el repartimiento perpetuo, según su majestad mandaba; y en aquella sazón estaba trastrocado el Nuño de Guzmán y el Matienzo y Delgadillo, porque los otros dos oidores, que fueron Maldonado y Parada, luego que a aquella ciudad llegaron fallecieron de dolor de costado; y si allí estuviera Cortés, según hay maliciosos, también le infamaran y dijeran que Cortés los había muerto. Y volviendo a nuestra relación, fue causa de les volver el propósito que no hiciesen el repartimiento según su majestad mandaba, dijeron muchas personas que lo entendieron muy bien, que fue el factor Salazar, porque se hizo tan íntimo amigo de Nuño de Guzmán y de Delgadillo, que no se hacía otra cosa sino lo que mandaba, y tal como el consejo dieron, en tal paró todo; y lo que le aconsejaron fue, que no hiciesen el repartimiento perpetuo por vía ninguna; porque, si lo hacían, que no serían tan señores ni los ternían en tanto acato los conquistadores y pobladores,…