VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CXCII. Cómo el licenciado Luis Ponce, después que hubo presentado las reales provisiones y fue obedecido, mando pregonar residencia contra Cortés e los que habían tenido cargos de justicia, y como cayó malo de mal de modorra y della falleció, y lo que más le sucedió.

Después que hubo presentado Luis Ponce las reales provisiones, con mucho acato de Cortés y el cabildo y los demás conquistadores, fue obedecido; mandó pregonar residencia general contra Cortés y contra los que habían tenido cargo de justicia y habían sido capitanes; y como muchas personas que no estaban bien con Cortés, e otros que tenían justicia sobre lo que pedían, qué priesa se daban de dar quejas de Cortés y de presentar testigos, que en toda la ciudad andaban pleitos; y las demandas que le ponían, unos que no les dio partes de oro, como era obligado, e otros le demandaban que no les dio indios, conforme a lo que su majestad mandaba, y que los dio a criados de su padre Martín Cortés y a otras personas sin méritos, criados de señores de Castilla. Otros le demandaban caballos que les mataron en las guerras, que puesto que habían habido mucho oro de que se les pudiera pagar, que no se les satisfizo por quedarse con el oro. Otros demandaban afrentas de sus personas, que por mandado de Cortés les habían hecho.

Volvamos a nuestra residencia, que luego que se comenzó a tomar quiso nuestro Señor Jesucristo que por nuestros pecados y desdicha cayó malo de modorra el licenciado Luis Ponce, y fue desta manera, que viniendo del monasterio de señor san Francisco de oír misa, le dio una muy recia calentura, y echóse en la cama y estuvo cuatro días amodorrido, sin tener el sentido que convenía, y todo lo más del día y de la noche era dormir; y como aquello vieron los médicos que le curaban, que se decían el licenciado Pedro López y el doctor Ojeda y otro médico que él traía de Castilla, todos a una les pareció que se confesase y recibiese los santos Sacramentos, y el mismo licenciado lo tuvo en gran voluntad; y después de recibidos con gran humildad y contrición, hizo testamento, y dejó por su teniente de gobernador al licenciado Marcos de Aguilar, que había traído consigo desde la Española. Otros dijeron que era bachiller, y no licenciado, y que no tenía autoridad para mandar; y dejóle el poder desta manera: que todas las cosas de pleitos y debates y residencias, y la prisión del factor y veedor, se estuviese en el estado que lo dejaba hasta que su majestad fuese sabidor de lo que pasaba, y que luego hiciese mensajeros en un navío a su majestad. Y ya hecho su testamento y ordenada su ánima, al noveno día que cayó malo dio la ánima a nuestro Señor Jesucristo, y como hubo fallecido, fueron grandes los lutos y tristezas que todos los conquistadores a una sintieron: como si fuera padre de todos, así lo lloraban, porque ciertamente él venía para remediar a los que hallase que derechamente habían servido a su majestad, y antes que muriese así lo suplicaba; y le hallaron en los capítulos e instrucciones que de su majestad traía, que diese de los mejores repartimientos de indios a los conquistadores, de manera que conociesen mejoría en todo; y Cortés, con todos los mas caballeros de la ciudad, se pusieron luto y le llevaron a enterrar con gran pompa a San Francisco, y con toda la cera que entonces se pudo haber: fue su enterramiento muy solene para en aquel tiempo.