VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CLXXVII. De en lo que Cortés entendió después de llegado a Acala, y cómo en otro pueblo más adelante, sujeto al mismo Acala, mandó ahorcar a Guatemuz, que era gran cacique de Méjico, y a otro cacique que era señor de Tacuba, y la causa por qué; y otras cosas que entonces pasaron.

Desque Cortés hubo llegado a Gueyacala, que así se llamaba, y los caciques de aquel pueblo le vinieron de paz, y les habló con doña Marina la lengua de tal manera que al parecer se holgaban, y Cortés les daba cosas de Castilla, y trajeron maíz y bastimento, y luego mandó llamar todos los caciques, y se informó dellos del camino que habíamos de llevar, y les preguntó que si sabían de otros hombres como nosotros, con barbas y caballos, y si habían visto navíos ir por la mar; y dijeron que ocho jornadas de allí había muchos hombres con barbas y mujeres de Castilla y caballos, y tres acales (que en su lengua acales llaman a los navíos); de la cual nueva se holgó Cortés de saber; y preguntando por los pueblos y camino por donde habíamos de ir, todo se lo trajeron figurado en unas mantas, y aun los ríos y ciénagas y atolladeros; y les rogó que en los ríos pusiesen puentes y llevasen canoas, pues tenían mucha gente y eran grandes poblaciones; y los caciques dijeron que, puesto que eran sobre veinte pueblos, que no les querían obedecer todos los mas dellos, en especial unos que estaban entre unos ríos, y que era necesario que luego enviase de sus teules, que así nos llamaban a los soldados, a les hacer traer maíz y otras cosas, y que les mandase que los obedeciesen, pues que eran sus sujetos.

Y como aquello entendió Cortés, luego mandó a un Diego de Mazariegos, primo del tesorero Alonso de Estrada, que quedaba por gobernador en Méjico, que porque viese y conociese que Cortés tenía mucha cuenta de su persona, que le hacía honra de envialle por capitán a aquellos pueblos y a otros comarcanos; cuando le envió, secretamente le dijo que porque él no entendía muy bien las cosas de la tierra, por ser nuevamente venido de Castilla, y no tenía tanta experiencia por ser en cosa de indios, que me llevase a mí en su compañía, y lo que yo le aconsejase no saliese dello; y asi lo hizo, y no quisiera escribir esto en esta relación, porque no pareciese que me jactanciaba dello; y no lo escribiera, sino porque fue público en todo el real, y aun después lo vi escrito de molde en unas cartas y relaciones que Cortés escribió a su majestad, haciéndole saber todo lo que pasaba y del viaje de Honduras, y por esta causa lo escribo. Volvamos a nuestra materia.