Los Miserables

Autor: Víctor Hugo

Segunda Parte: Cosette

Libro primero

Waterloo

Cap II : Hougomont.

Hougomont fue un lugar fúnebre, el comienzo del obstáculo, la primera resistencia con que se topó en Waterloo ese gran leñador de Europa a quien llamaron Napoleón; fue el primer nudo en que tropezó el hacha.

Era un castillo y ya no es más que una casa de labor. Hougomont, para un anticuario, es Hugomons. Esa casa señorial la construyó Hugo, señor de Somerel, el mismo que dotó la sexta capellanía de la abadía de Villiers.

El viandante empujó las hojas de la puerta, pasó, bajo un porche, junto a una calesa vieja y entró en el patio.

Lo primero que le llamó la atención en aquel patio con soportales fue una puerta del siglo XVI que finge estar cumpliendo un cometido de arcada, pues todo lo de alrededor se ha desplomado. El aspecto monumental nace con frecuencia del hecho de estar en ruinas. Cerca de la arcada se abre en la pared otra puerta, cuyos sillares de clave son de tiempos de Enrique IV y por la que pueden verse los árboles de un huerto de frutales. Junto a esa puerta, un foso de estiércol, picos y palas, unas cuantas carretas, un pozo viejo con su tablero y su polea, un potro saltarín, un pavo haciendo la rueda, una capilla que remata un campanario pequeño, un peral en flor apoyado en una espaldera en la pared de la capilla: tal es el patio con cuya conquista soñó Napoleón. Si hubiera podido apoderarse de él, ese trozo de tierra quizá le habría dado el mundo. Unas gallinas esparcen el polvo con el pico. Se oye un gruñido: es un perro grande que enseña los dientes, el sustituto de los ingleses.

Aquí los ingleses se comportaron de forma admirable. Las cuatro compañías de la guardia de Cooke resistieron siete horas con el encarnizamiento de un ejército.

Hougomont, visto en el mapa, en plano geométrico, incluyendo las edificaciones y el cercado, es una especie de triángulo irregular uno de cuyos ángulos hubieran rebajado. En ese ángulo está la puerta meridional, que protege ese muro que la fusila a quemarropa. Hougomont tiene dos puertas: la puerta meridional, la del castillo, y la puerta septentrional, la de la granja. Napoleón envió contra Hougomont a su hermano Jérôme; las divisiones Guilleminot, Foy y Bacheu se tropezaron allí; echó mano al cuerpo entero de Reille y éste fracasó, las balas de cañón de Kellermann se agotaron contra ese lienzo de pared heroico. No bastó con la brigada Bauduin para forzar a Hougomont por el norte; y la brigada Soye sólo pudo conseguir que se tambaleara por el sur, sin tomarlo.

Los edificios de la granja rodean el patio por el sur. Un trozo de la puerta norte, que rompieron los franceses, cuelga de la pared. Son cuatro tablones clavados en dos traveseros y en los que se ven las cuchilladas del ataque.

La puerta septentrional, que los franceses derribaron, y a la que le han puesto un remiendo para sustituir al entrepaño que cuelga de la muralla, se entorna, al fondo, para dar a un patio porticado; se abre sin más ceremonias en una pared que es de piedra por abajo y de ladrillo por arriba y cierra el patio por el norte. Es una simple puerta de carros como las hay en todas las casas de labranza, dos hojas grandes de tablas rústicas; más allá, prados. La pelea en aquella entrada fue cruenta. Durante mucho tiempo se vieron en los largueros de la puerta toda clase de huellas de manos ensangrentadas. Allí fue donde mataron a Bauduin.