VERDADERA HISTORIA DE LOS SUCESOS DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA, POR EL CAPITÁN BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO, UNO DE SUS CONQUISTADORES.

CAPÍTULO CLXXXII. Cómo el capitán Gonzalo de Sandoval comenzó a pacificar aquella provincia de Naco, y de los grandes reencuentros que con los de aquella provincia tuvo, y lo que más se hizo.

Desque hubimos allegado al pueblo de Naco y recogido maíz, frisoles y ají, y con tres principales de aquel pueblo que allí en los maizales prendimos, a los cuales Gonzalo de Sandoval halagó y dio cuentas de Castilla, y les rogó que fuesen a llamar a los demás caciques, que no se les haría enojo ninguno, fueron así como se lo mandó, y vinieron dos caciques; mas no pudo acabar con ellos que se poblase el pueblo, salvo traer de cuando en cuando poca comida; ni nos hacían bien ni mal, ni nosotros a ellos; y ansí estuvimos los primeros días, y Cortés había escrito a Gonzalo de Sandoval, como de antes dicho tengo, que luego le enviase a Puerto de Caballos diez soldados de los de Guacacualco, y todos nombrados por sus nombres, y entre ellos era yo uno, y en aquella sazón estaba yo algo malo, y dije a Sandoval que me excusase, porque estaba mal dispuesto, y él, que lo había gana, y ansí quedé.

Y envió ocho soldados muy buenos varones para cualquiera afrenta, y aun fueron de tan mala voluntad, que renegaban de Cortés y aun de su viaje, y tenían mucha razón, porque no sabían cierto si la tierra por donde habían de ir estaba de paz. Acordó Sandoval de demandar a los caciques de Naco cinco principales indios, que fuesen con ellos hasta el Puerto de Caballos, y les puso temores que si algún enojo recebía alguno de sus soldados, que les quemaría el pueblo y que les iría a buscar y dar guerra; y mandó que en todos los pueblos por donde pasasen les diesen muy bien de comer; y fueron su viaje hasta el Puerto de Caballos, donde hallaron a Cortés, que se quería embarcar para ir a Trujillo, y se holgó con ellos, y supo cómo quedábamos buenos, y los llevó consigo en los navíos, y luego se embarcó, y dejó en aquella villa de Puerto de Caballos a un Diego de Godoy por su capitán, con hasta cuarenta vecinos, que eran todos los más de los que solían ser de Gil González de Ávila y de los nuevamente venidos de las islas; y de que Cortés se hubo embarcado y su teniente Godoy quedó en la villa, con los soldados que más sanos tenía hacía entradas en los pueblos comarcanos; e trujo dos dellos de paz; mas como los indios vieron que los soldados que allí quedaban estaban todos los más dellos dolientes y se morían cada día, no hacían cuenta dellos, y a esta causa no les acudían con comida, ni ellos eran para illo a buscar, y pasaban gran necesidad de hambre, y en pocos días se murieron la mitad dellos, y se despoblaron otros tres dellos, que se vinieron huyendo donde estábamos con Sandoval.